martes, 4 de agosto de 2009
lunes, 3 de agosto de 2009
viernes, 31 de julio de 2009
Ya en su primera novela, “Los premios”, rechaza Cortázar al lector cómodo, pasivo, que le gusta que le conduzcan y le sirvan la obra ya digerida, un lector interesado únicamente en “qué va a pasar al final”.
El autor cataloga a este tipo de lector “hembra”, fórmula que se volvió muy popular. Por obvia contraposición, el “lector macho” es aquel lector cómplice, que pacta con la ficción, que realiza “un arduo trabajo cooperativo” de interpretación, como planteaba U. Eco.
Cortázar “se ha disculpado” por esta clasificación de corte sexista “…me di cuenta de que había hecho una tontería. Yo debí poner ‘lector pasivo’ y no ‘lector hembra’, porque la hembra no tiene por qué ser pasiva continuamente; lo es en ciertas circunstancias, pero no en otras, lo mismo que un macho”.
Para cerrar, cabe destacar que no sólo la obra de este autor, sino toda la renovación de la narrativa contemporánea ha ido unida a la búsqueda de ese lector activo, colaborador en la recreación que supone toda auténtica lectura. Esta noción fue divulgada también por el crítico José María Castellet, en un clásico libro titulado “La hora del lector” y en él destaca la importancia del lector en el proceso de comunicación literaria.
jueves, 30 de julio de 2009
“En primer lugar, es necesario que el texto obligue al lector a considerar el mundo de los personajes como un mundo de personas reales y a vacilar entre una explicación natural y una explicación sobrenatural de los acontecimientos evocados. Luego, esta vacilación puede ser sentida también por los personajes; de tal modo, el papel del lector está, por así decirlo, confiado a un personaje y, al mismo tiempo, la vacilación está representada, se convierte en uno de los temas de la obra (...) finalmente, es importante que el lector adopte una determinada actitud frente al texto. Deberá rechazar tanto la interpretación alegórica como la interpretación ‘poética’ ”.
Y para sumergirnos nuevamente en el mundo cortazariano, los invitamos a compartir la lectura de “El sentimiento de lo fantástico”, conferencia pronunciada por el escritor en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, Venezuela. En este ensayo reflexiona sobre su posición respecto al género.
lunes, 27 de julio de 2009
¿Qué impresiones les despertó este cuento?
¿Consideran que el protagonista se encuentra con una versión más joven de sí mismo? ¿O las vidas de él y Luc tan sólo presentan grandes coincidencias?
¿Qué opina al respecto el narrador que escucha en un “bistró” parisino al borracho, protagonista de esta historia? ¿Qué pistas nos da el texto?
¿Cómo se siente el personaje al creer descubrir que Luc repetiría su destino, que él estaba, a su vez, repitiendo el destino de un hombre anterior, y que la cadena se prolongaría hasta el infinito?
Cómo interpretan el pasaje donde confiesa: “Terminaron por admitirme como enfermero de Luc, y ya se imagina que en una casa como ésa, donde el médico entra y sale sin mayor interés, nadie se fija mucho si los síntomas finales coinciden del todo con el primer diagnóstico...” ¿Qué creen que ocurrió? ¿Qué alcances tiene este suceso?¿Y cómo se relaciona con el inicio “…somos inmortales. Lo sé por la negativa, lo sé porque conozco al único mortal”?
¿Qué representa la flor amarilla para el protagonista?
¡Esperamos sus opiniones!
Y si el motivo del doble les interesa podemos sugerirles otras lecturas, por ejemplo, “El otro” de Jorge Luis Borges.
domingo, 26 de julio de 2009
El lector in fábula es un actor del texto cuando –lectura mediante- se somete a la travesía de los signos y en su recorrido se construye un tránsito inédito por los signos textuales.